Cuando no estaba escribiendo, tocando o grabando, Springsteen se dedicaba a otro de sus pasatiempos favoritos: conducir a solas por las interminables carreteras de los Estados Unidos. Encontró un agradable alivio en el anonimato, gozando de la oportunidad de charlar con la gente con quien se cruzaba en el camino.
Escuchaba viejos discos de Hank Williams, Johny Cash y, especialmente Woody Guthiere
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