El 3 de Enero de 1982, sólo en casa se sentó en su mecedora, empezó a cantar un puñado de canciones nuevas y las grabó en un simple cassete de cuatro pistas.
Hablaban de personas cuyas vidas estaban marcadas por la soledad, la desesperación y, a menudo, la violencia. A continuación las mezcló en su propio dormitorio.
Durante un par de semanas llevó el casette en el bolsillo de sus vaqueros, sin saber lo que quería hacer con estas inquietantes composiciones
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