Durante el verano, las sesiones de grabación siguieron
encalladas y Springsteen un día llegó al estudio con una nueva canción que había
compuesto que iba a estar destinada a ser una de las piezas angulares del nuevo
trabajo “Bobby Jean”, el tema que ayudó a acabar con la parálisis direccional
que padecían
Por fin estaba convencido de querer hacer un disco de rock eléctrico
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