Tenía un trabajo, tenía una chica
Tenía algo que marchaba en este mundo, señor
Me despidieron del almacén de madera
Nuestro amor se echó a perder, los tiempos se pusieron difíciles
Ahora trabajo en el lavado de coches
no paro en todo el día taladrando la roca
Donde lo único que hay es lluvia
¿No te sientes como un jinete En un tren a la deriva?
Ella me dijo: «Jloe, he de irme Lo tuvimos una vez, pero ya no lo tenemos»
Hizo las maletas, me dejó allí
Sacó un billete en la Estación Central
Cuando duermo por la noche oigo aquel pitido quejumbroso
Siento su beso bajo la lluvia brumosa
Y me siento como un jinete
En un tren a la deriva
Anoche oí tu voz
Estabas llorando, llorando, estabas muy sola
Decías que tu amor nunca había muerto
Me estabas esperando en casa
Me puse la chaqueta, corrí por el bosque
Corrí hasta que pensé que mi pecho iba a explotar
Allí en el claro, al otro lado de la autopista
Nuestra casa nupcial brillaba a la luz de la luna
Crucé el patio como un rayo
Me lancé sobre la puerta
Mi cabeza martilleándome con fuerza
Subí las escaleras
La habitación estaba a oscuras
Nuestra cama vacía
Entonces oí aquel largo pitido quejumbroso
Y caí de rodillas
Incliné la cabeza y lloré
Ahora llevo un mazo en la cuadrilla del ferrocarril
Golpeando esas traviesas de madera, trabajando bajo la lluvia
¿No te sientes como un jinete En un tren a la deriva?
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